lunes, 19 de diciembre de 2011

EL PROBLEMA NO ES MOYANO, ES EL MODELO Por Enrique Szewach


SINDICATOS

El enfrentamiento entre la Presidenta de la Nación en particular y el kirchnerismo en general, con el líder de la CGT, don Hugo Moyano, que hasta ahora circulaba en sordina, se ha hecho fuertemente explícito durante la semana que pasó.



Pero detrás de los discursos, las indirectas y las directas, se esconde el problema central de los próximos meses.



El modelo populista, inflacionario, fiestero, ya no se enfrenta con la abundancia de los últimos años, y mucho menos del último bienio.



Al contrario, surge la necesidad de administrar sin holgura de recursos fiscales ni de dólares, en un contexto de desaceleración de la actividad económica, consecuencia de la propia fiesta y de un escenario internacional que se presenta adverso, por la recesión europea, el menor crecimiento de China, y Brasil y el modesto repunte norteamericano, sumado al aislamiento financiero argentino, que se ha reflejado en la salida de capitales de estos años. (Los argentinos somos los principales y cuasi únicos inversores externos de la Argentina).



Es por ello que se requiere “sintonía fina”.



En esa sintonía, el sindicalismo, debe, también, subordinarse.



Ya no hay diputados y senadores, sólo “levanta manos”, como se ha demostrado estos días, con la sanción a libro cerrado de todas las iniciativas del Poder Ejecutivo.



El Poder Judicial, en los niveles que importan, está controlado o incapacitado de imponer sus fallos.



La prensa independiente va camino de ser censurada en forma indirecta, combinando pauta publicitaria oficial y el control del abastecimiento de papel.



Y los líderes empresarios han sido reducidos a cortesanos, por mecanismos que combinan el “capitalismo de amigos” y la presión y extorsión derivada del uso ilegal de la AFIP y de otras reparticiones públicas, a golpes de teléfono.



El sindicalismo es el último bastión a doblegar.





Pero, paradójicamente, el poder sindical actual es también consecuencia del modelo.



En efecto, los líderes sindicales se convirtieron en los primeros aliados del kirchnerismo, primero, de la mano de la recuperación del empleo (los sindicalistas son los representantes de los trabajadores… pero de los que tienen empleo formal. De los desempleados y los informales, los líderes son los piqueteros. De allí que el crecimiento del empleo formal, cambió el balance de poder, entre sindicalistas “tradicionales” y “no tradicionales”).



Luego, la recuperación del salario les permitió a los sindicalistas mejorar no sólo su poder relativo, si no también su poder económico. (La recaudación de los gremios y de las obras sociales, es siempre un porcentaje del salario).



Por último, el aumento de la tasa de inflación, y la destrucción del INDEC, le otorgaron a los representantes gremiales una cuota de poder adicional, y extraordinaria. (Cuando la inflación es muy baja, las negociaciones salariales se pueden conducir de manera “cuasi automática”. En alta inflación, y encima indeterminada, los trabajadores necesitan “alguien que los defienda”).



A este panorama, el kirchnerismo le sumó prebendas especiales para Camioneros, y un Ministerio de Trabajo “parcial”.

Mientras tanto, el sector empresario, también fascinado con la fiesta del consumo interno, cierto proteccionismo, y la revaluación de las monedas regionales, no opuso resistencia alguna en las negociaciones salariales.



El resultado, un aumento espectacular del salario real –desde el piso del 2002, por supuesto- y de los costos laborales.



Los sindicalistas amigos, como reconoció el propio Moyano en su discurso, respondieron, apoyando, movilizando, sirviendo de fuerza de choque, amenazando a los empresarios díscolos.

Todo fue un te doy y dame, entre socios.



Ahora, se requiere que la fiesta populista, reacomode las cargas.



Y la decisión de quién, cómo, cuándo, y con qué magnitud, está centralizada en la Presidenta y su círculo íntimo.



Los fondos van del sector privado al sector público, y es éste el que los “redistribuye” al sector privado, en función de la ideología, la política de corto plazo, los amiguismos, etc.



Ahora, se decidirá, sector por sector, empresa por empresa, costos, salarios, ganancias, etc.



Para ello, hacen falta sindicalistas predispuestos a este esquema.



Todos los negocios tienen que pasar por el proceso“redistributivo” del kirchnerismo.



Están en revisión. Incluso los negocios sindicales que el propio gobierno alimentó.



Esta es la verdadera pelea.



Como siempre, es por plata.

1 comentario:

  1. Desde LA M$NEDA Medio de Difusión, Vinculación y Promoción de Productos y Servicios, Con la Opinión y el Análisis de referentes de la Economía difundimos la columna del colega Enrique Szewach
    El problema no es Moyano, es el modelo. Publicada el DIARIO PERFIL 18/12/11
    “El Congreso aprueba a libro cerrado las iniciativas del Ejecutivo y el Poder Judicial está controlado en lo que importa al Gobierno. El gremialismo es el último bastión a doblegar para la sintonía fina. Pero detrás de los discursos, las indirectas y las directas, se esconde el problema central de los próximos meses.

    El modelo populista, inflacionario, fiestero, ya no se enfrenta con la abundancia de los últimos años, y mucho menos del último bienio.

    Al contrario, surge la necesidad de administrar sin holgura de recursos fiscales ni de dólares, en un contexto de desaceleración de la actividad económica, consecuencia de la propia fiesta y de un escenario internacional que se presenta adverso, por la recesión europea, el menor crecimiento de China, y Brasil y el modesto repunte norteamericano, sumado al aislamiento financiero argentino, que se ha reflejado en la salida de capitales de estos años. (Los argentinos somos los principales y cuasi únicos inversores externos de la Argentina).”

    Afirma el periodista especializado en temas económicos USTED QUE OPINA???

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